viernes, 7 de agosto de 2009

Tesis: Sobre la Agroindustria

SOBRE LA AGROINDUSTRIA

Los trabajadores de la agroindustria en el sur occidente.


La dependencia política y económica de nuestro país, de potencias como España, Inglaterra y Estados Unidos, nos ha llevado ha tener un desarrollo industrial limitado, las exportaciones de tabaco, añil, quinas, café y otras materias primas de origen agropecuario, dan cuenta, de cómo las potencias económicas han saqueado con el beneplácito de nuestros gobernantes parte importante de nuestros recursos y han impuesto un modelo de desarrollo en el cual la transformación de estas materias primas no se hace dentro del país, haciendo aún más irracional la formación social capitalista colombiana.

En el valle del cauca y norte del Cauca, las plantaciones agroindustriales de caña de azúcar son el resultado de una estrategia norteamericana que les permitió remplazar las plantaciones que perdieron con la implementaron de la reforma agraria cubana después del triunfo de la revolución.

Esta estrategia se desarrollo mediante la expropiación violenta de la tierra a campesinos afro descendientes minifundistas que producían cacao, plátano y otros alimentos en pequeñas propiedades; fue por lo tanto la violencia de los años 50 y 60 del siglo veinte, la herramienta con la cual se construyeron las condiciones para la implementación del monocultivo de la caña, que hoy tiene cerca de 50 mil hectáreas y trece ingenios azucareros en el Valle del Río Cauca.

La agroindustria de la caña en el valle, produjo además del desplazamiento de los afro descendientes, la apropiación privada del agua, dejando sin la posibilidad de acceso a este bien a miles de campesinos, y pobladores urbanos de los municipios del Departamento del Valle y norte del Cauca tarea para la cual constituyeron instituciones como la corporación “autónoma” regional del valle del cauca (CVC).

Esta agroindustria, ocupa unos 22 mil trabajadores, de los cuales solo el 10% tiene un contrato directo con la empresa, el restante 90%, es vinculado mediante cooperativas de trabajo asociado y contratistas particulares, y en los últimos cinco años vienen siendo remplazados por maquinaria en labores como el corte de la caña, en una proporción de 50 trabajadores por cada maquina que adquiera la empresa, con la meta de a cinco años no tener corteros en las plantaciones de caña.


Las condiciones laborales de los trabajadores en la agroindustria de la caña, no puede ser peor, a la flexibilización de las condiciones de contratación, se suma la tendencia generalizada entre las empresas de presentar contra pliegos que buscan, recortar o eliminar beneficios convencionales adquiridos por los trabajadores, y solo reconocer lo establecido en la ley, la cual ha venido siendo modificada en contra de los intereses de los trabajadores; lo que ha permitido a los patronos desmontar el pago de las primas y diseñar el pago a destajo y con salarios integrales.

La ley paez, permitió el ensanche de las plantas industriales y la instalación de nuevas factorías que en nada han favorecido a las comunidades y trabajadores de sur del valle y norte del Cauca donde por el contrario se han agudizado los conflictos sociales, la violencia contra sus pobladores se ha incrementado ejemplo claro el caso del municipio de Puerto Tejada donde los homicidios en los últimos cuatro años llegan a cerca del millar. Los industriales han incumplido con los compromisos en cuanto a empleo a las comunidades de la región, obligaciones fiscales y compromisos frente a la descontaminación y protección del medio ambiente. Es claro como los empresarios agroindustriales mantiene por encima de todo el lucro personal y empresarial


El azúcar es un producto dulce para la exportación pero las condiciones de trabajo de los obreros y la vida de las comunidades aledañas a las plantaciones es muy amarga.

Otra estrategia empresarial, para enfrentar los riesgos que para la caña de azúcar trae la firma del tratado de libre comercio TLC es la conversión del uso de la caña hacia la producción de biocombustible mediante la producción de alcohol carburante.

Un elemento importante en la poca capacidad de negociación de los trabajadores de este sector, es la falta de unidad entre las organizaciones de los trabajadores, lo que ha hecho que las huelgas tengan en los últimos años pocos resultados.

Otras plantaciones agroindustriales como la palma africana, que se vienen desarrollando en la costa pacifica de Cauca y Nariño siguen los mismos pasos de la anterior, muchas de estas plantaciones, son de los mismos empresarios de la caña de azúcar y se vienen implementando con los mismos métodos de desconocimiento de los derechos y expropiación de la tierra a los afro descendientes, indígenas y campesinos. Se plantea que la producción de biocarburantes a partir de caña de azúcar y palma africana son una forma de ayudar al mejoramiento del medio ambiente, argumento totalmente falso porque no plantea ni reconoce las formas de explotación de los trabajadores, los daños ambientales por la destrucción del bosque nativo, la plantación de monocultivos, y los daños económicos y sociales como los que se vienen causando por parte de las empresas agroindustriales y sus plantaciones en el litoral pacifico.

En estas empresas ubicadas en todo el litoral pacifico entre Choco y Nariño, Casanare, Cesar, Meta y Santander no existe el derecho de sindicalización por que esta prohibido por lo grupos paramilitares, no existe la posibilidad de negociar mejores condiciones para los trabajadores y las comunidades, debido a que en muchas de estas empresas los paramilitares son accionistas y la osadía de reclamar se paga con la vida.

En otra de las que podríamos llamar agroindustria en la región, la multinacional Smurfit cartón de Colombia, las cosas no son mejores, desde hace más de 20 años, el sistema de contratación de la empresa niega toda posibilidad de organización de los trabajadores y mantiene un esquema de contracción a destajo mediante contratistas privados y cooperativas de trabajo asociado para las labores de siembra, mantenimiento, cosecha, acarreo.

Otra de las consecuencias que trae consigo, las plantaciones agroindustriales, es la destrucción de las formas tradicionales de producción y organización campesina y la perdida de la soberanía alimentaría.

De otra parte, las plantaciones y los procesos agroindustriales, se implementan, obedeciendo a las imposiciones del mercado externo y no de una planeación autónoma que busque la satisfacción de las necesidades internas, lo que pone en desventaja a la producción nacional y condiciona su participación en el mercado a la competitividad que siempre descarga esta responsabilidad en los hombros de los trabajadores quienes ven recortados su derechos y conquistas para que el producto mantenga los costos de producción que le permitan mantenerse competitivamente en el mercado.

Por lo tanto la política del sector agroindustrial, teniendo meridianamente claro que la técnica comporta un política y que no hay técnicas neutrales, debe consultarse y reorientarse de acuerdo con los siguientes principios de política popular:

1. El desarrollo agroindustrial en Colombia debe obedecer a las necesidades propias del pueblo colombiano en busca de su autoabastecimiento, fortaleciendo los mercados locales, regionales y el mercado nacional prioritariamente, en forma armónica y coordinada con la producción parcelaria. No de debe afectar a los trabajadores de la agroindustria, las comunidades rurales y urbanas en cuanto a salud publica, ambiental, abastecimiento de aguas, economía y medio ambiente.
2. La producción local y la economía campesina son abastecedores eficientes de materias primas para los procesos de transformación agroindustrial.
3. En aras de mejorar la productividad no se puede seguir arrasando con la naturaleza implementando monocultivos. Impedir la expansión de los monocultivos
4. La competitividad no debe seguir siendo excusa para arrasar con los derechos laborales de los trabajadores.
5. La mecanización de tareas en la agroindustria debe ir de la mano con la redistribución de tierras.
6. Se debe impedir la expansión de la frontera agrícola
7. Frenar la implementación de las cadenas productivas agenciados principalmente por Laboratorios de Paz y Plan Colombia ya que por medio de estas se están imponiendo los cultivos de interés de las grandes compañías agroindustriales.

8. Rechazo contundente y exigir la derogación de los nuevos decretos paneleros y lecheros por que van en detrimento de la pequeña y mediana industria de la panela y la leche.